En Asturias, la gastronomía no solo se saborea con cuchara… también con cuchillo y tenedor… ¡y con mucha cuchara de postre! Nuestra tierra es conocida por su cocina tradicional, pero entre fogones, también se cuece la historia más dulce. Cada ciudad guarda con orgullo su receta más emblemática, esa que se transmite de generación en generación y que, aunque pueda replicarse, solo tiene un origen auténtico. Hoy te llevamos por un recorrido de los postres típicos de Asturias, con especial parada en Avilés y su mantecado más histórico.
Llegamos a Avilés, donde hay un dulce que va más allá del paladar. Hablamos del Mantecado de Avilés, un bizcocho jugoso y aromático, con una receta centenaria que lleva el sabor del pasado a cada bocado.
Durante años ha sido el secreto mejor guardado de la villa, pero ha llegado el momento de decirlo con voz alta: el Mantecado de Avilés es el postre que representa a toda la ciudad, y su origen está en la Confitería Galé, donde se elabora desde 1876.
Aunque hoy día puedas encontrar mantecados en muchas pastelerías, el auténtico, el original, el que guarda la esencia de más de un siglo de historia, es el de Galé. Con su textura delicada, su punto exacto de dulzor y esa forma inconfundible que marca generaciones, el Mantecado de Avilés debe ocupar su lugar entre los postres icónicos de Asturias. Sigue leyendo para descubrir más postres típicos de Asturias.
Hablar de Moscovitas es hablar de tradición, calidad y prestigio. Estas finas pastas de almendra marcona y cobertura de chocolate, creadas por Rialto, son uno de los dulces más exportados fuera del Principado. Aunque hoy en día puedas encontrarlas en muchos sitios, las auténticas Moscovitas son las de Rialto, y ese sello de origen se ha mantenido intacto durante décadas. Son, sin duda, uno de los emblemas dulces de toda Asturias. Sigue leyendo para descubrir más postres típicos de Asturias.
En Oviedo, todos conocen el sabor del Carbayón: un pastel hojaldrado relleno de almendra y bañado en glasa con toque de licor. Pero si hablamos del auténtico, el que nació con nombre propio, hay que decirlo claro: el Carbayón original es el de la confitería Camilo de Blas, fundada en 1914. Cualquier imitación se queda en eso, una réplica. El carbayón puede hacerse en muchos obradores, pero solo hay uno con historia: el de Camilo de Blas.
En Gijón, el dulce que despierta ternura y devoción es la Princesita. Una pequeña delicia de mazapán y yema con forma de flor que se ha convertido en uno de los regalos más típicos y entrañables. ¿Y dónde nacieron? En la Confitería La Playa, que lleva desde principios del siglo XX endulzando la ciudad. Aunque puedas ver princesitas en escaparates variados, las genuinas llevan el sello de La Playa.
En cada rincón de Asturias, hay dulces que se han convertido en símbolo. Pero si algo tienen en común las moscovitas, el carbayón, las princesitas y el mantecado, es que cada uno tiene una identidad única.
Este 2025, desde Palacio de Avilés y La Avilesina, apostamos por seguir dando a conocer el Mantecado de Avilés como emblema de nuestra ciudad, con nombre propio y apellido: Confitería Galé.
Porque el dulce sabe mejor cuando sabes de dónde viene.
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