Desfiles de carrozas, música en las calles, un dulce muy tradicional y una comida al aire libre en la que participa la ciudad entera. Estas son las señas de identidad de la fiesta de El Bollo de Avilés, una celebración más que centenaria que cada año marca en Avilés la llegada de la primavera. Si nunca has estado, no te la puedes perder. Guarda en ella las esencias de la tradición sin perder ni un ápice de frescura.
Fue el doctor Claudio Luanco, allá por 1893, quien junto a un grupo de amigos instauró la fiesta, que en un principio se celebró el Domingo de Pascua, como colofón a la Semana Santa. La intención de sus impulsores fue conciliar a los avilesinos, demasiado frecuentemente divididos en disputas políticas, en torno a un mantecado. El bollo de Avilés.
El bollo es el bizcocho mantecado que los padrinos entregan a sus ahijados el Domingo de Pascua, en correspondencia con el laurel o palma benditos que éstos les habían entregado en Ramos. En cada rincón del país existen costumbres similares, pero la singularidad de Avilés es que no ha perdido la receta tradicional ante el empuje de otros dulces, como las monas de Pascua.
En todas las casas es habitual que en Pascua se coma este bollo, cuyos ingredientes son muy sencillos: mantequilla, azúcar, huevos y harina.
El mantecado se cuece en tres moldes en forma de estrella o cruz, de tamaño decreciente, y se presenta como una torre de tres pisos cubierta de azúcar escarchada. Para decorar, pollitos y bombones en forma de huevo, símbolos tradicionales de la Pascua de Resurrección. La receta del mantecado de Avilés suele prepararse en todas las casas.
Poco a poco la celebración que nació a finales del siglo XIX fue creciendo, y en 1972 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Durante dos días, el Domingo y el Lunes de Pascua, las calles del casco histórico se convierten en una animada romería, en una sucesión de actividades, convivencia y alegría, sobre todo si el tiempo acompaña. Y es que la mayor parte de la programación se desarrolla al aire libre.
La celebración del Domingo continúa ya por la tarde, con canción asturiana, la Milla Urbana de Avilés, pasacalles y la primera jornada del Encuentro Coral de Habaneras. Esta última actividad se celebra a cubierto, en el auditorio de la Casa de Cultura de Avilés, y siempre se agotan todas las localidades.
Por último, un concierto folk en la plaza de España cierra los actos de este día.
La jornada del lunes concluye con más música, la segunda jornada del Encuentro Coral de Habaneras y un último concierto folk.
Como ves, son un montón de propuestas para todos los gustos. Eso sin contar con la Feria de Alfarería Tradicional Villa de Avilés que ya el Sábado de Pascua se inaugura en la plaza de Álvarez Acebal. Un menú completo para disfrutar a tope de El Bollo.