Pocos olores abren tanto el apetito y pocas recetas son tan fáciles de elaborar sin que haya paladar que se les resista. El chorizo a la sidra, receta asturiana, es uno de los emblemas de la cocina del Principado, aúna dos ingredientes de gran tradición: el embutido de cerdo y la sidra de manzana.
La calidad del producto es importante para que consigas un resultado perfecto. Por eso, si ya estás salivando con la idea de unos deliciosos chorizos a la sidra, hazte con embutido de buena calidad y algunos ingredientes más:
La cantidad de sidra depende de la ración de chorizos que vayas a cocinar, pero con una botella de sidra ya puedes cocer una buena cantidad. Y si sobra algo de sidra… te la bebes.
La simplicidad es la característica principal de esta sabrosa receta. Sigue estos pasos para conseguir un auténtico sabor asturiano:
Ahora ya sólo te queda extraer los chorizos. La presentación más habitual del chorizo a la sidra es cortado en rodajas y servido en cazuelitas de barro. Puedes acompañarlo con pan de hogaza y estará de escándalo. Y para beber, ¿qué mejor que unos culinos de sidra?
Si crees que te van a sobrar chorizos, no tires todavía el líquido de la cocción. Así podrás calentarlos y volverán a estar como recién hechos. Es mucho mejor hacerlo así que si los calientas con un poco de aceite en una sartén o que si los metes en el microondas.
Los chorizos a la sidra resultan muy versátiles y te pueden sacar de un apuro en cualquier momento. Pueden convertirse en:
Además son un valor seguro si haces una barbacoa en el jardín. Puedes cocinarlos fuera de casa si dispones de un fogón y el olor que desprenden hará que tus invitados se acerquen.
Pueden comerse calientes o fríos, aunque es recién hechos cuando su sabor es más potente. Si nunca los has probado, anímate a cocinarlos.
Si vives fuera de Asturias y estás pensando hacer una visita, encontrarás fácilmente los chorizos a la sidra en cualquier sidrería. Quizá no son tan famosos como la fabada o el cachopo pero son auténticos y muy sabrosos. No puedes perderte su sabor, su aroma ni su agradable textura. Y, como decimos en Asturias, quedarás fartuco.